Adios hermoso cariño

Desde que te vi bajar de ese avión sabía que no estabas bien, tu cabello se había caído, tu semblante era diferente, pero lo importante es que estabas bien, y que como siempre, llegabas de muy lejos para hacernos felices a todos. Porque las llamadas telefónicas no eran suficientes, porque faltabas en navidades y año nuevo, porque se extrañaba tu sazón en la cocina, y tu risa, sobretodo tu risa.

Recuerdos, no me quedo con uno, me quedo con muchos, y te agradezco todo, desde haber hecho que mi mamá fuera una buena hija, y asimismo una buena madre, hasta que me hayas comprado mi guitarra eléctrica. Agradezco el valor de la humildad, y de que no debemos tener pena por lo que se hace, eso es peor que no hacer nada. Porque tu fuiste muy valiente y trabajadora, y así fuera detrás de un comal preparando quesadillas, o en un país donde no hablabas el mismo idioma cuidando niños, siempre con una sonrisa, supiste darnos apoyo a todos, moral, económico, y de afecto.

Para mi estas dormida, como la ultima vez que te vi, no recuerdo lo ultimo que te dije, pero si que me despedí con un beso, tu cabello estaba creciendo de nuevo, ya salías a tomar el sol en la mecedora y a ver al perico, cuando te fuiste a California dejaste a Lencho, y ahora dejaste a Claudio, dejaste una gran familia, a tus hijos, que a pesar de la distancia son muy unidos, y nunca necesitaron de un padre, porque contigo lo tenían todo.

Pero así debe ser, yo sabía que sufrías, que las inyecciones y los medicamentos más fuertes no podían con ese pinche cáncer que te devoró y te alejó de lo que amabas: ser activa, inquieta, reír, platicar, preparar comida, irte y regresar, pero ya nunca volverás.

Fue difícil dejarte el domingo ahí debajo de tierra y flores en el lugar donde ahora descansas, fue muy fuerte saber que ya no ibas a acompañarnos a la comida, y de ahí a la casa a descansar, debo lidiar con el hecho de que ahora cada vez que salga ya no me voy a despedir y a decirte que al rato regreso, ya no habrá a quien esperar en el aeropuerto con tanta impaciencia y desde temprano y tanto tiempo.

Pero así debe ser, es la vida, son las cosas, y debo seguir adelante, echandole ganas como tú decías, aunque ya nunca escuche en la mañana al despertar alguna canción de Vicente Fernandez, sabiendo que tú tambien la escuchas, esperando a verte y abrazarte, porque te has ido, hermoso cariño.

Gracias por todo abuelita Cande, te amo, y vivirás por siempre.

2 comentarios:

andrea. dijo...

lo siento fraktal;
lo digo de verdad.
No hace mucho pasé por una situación similar..
espero que tu y tu familia estén mejor.
cuídate.

Anónimo dijo...

Qué tristeza. Abrazos, que el dolor pase pronto y los recuerdos perduren.